jueves, 28 de julio de 2005

Diablillos Traviesos

Otra vez vuelve la invasión. Esos diminutos diablillos que se introducen por las fosas nasales a mi cuerpo y le provocan inestabilidad y reacciones impropias de él. Esos Imps indeseables penetran por todas las defensas de mi cuerpo debilitándolo, pero curiosamente nunca les interesó entrar en puntos vitales de mi organismo. Se limitan a jugar con el, hasta que se cansan y deciden irse.

Es curioso, pues siempre actúan de la misma forma y mis protecciones nunca son lo suficientemente eficaces como para detenerlos a tiempo. Lo primero que hacen es ir hacia las fosas nasales, para hacer una superproducción de los viscosos líquidos que allí se preparan, no me preguntéis el por qué, pero parece ser que les gusta bañarse en ellos. Más tarde suben hacia el cerebro, donde juegan al escondite entre sus recovecos haciendo que pierdas la concentración, y en casos extremos, hasta la orientación.

No contento con eso, algunos de ellos prefieren viajar hasta los ojos y la frente para aplicar allí fuegos propios de los infiernos que normalmente habitan. Después se desplazan hacia la garganta, donde sus primitivos tridentes realizan el trabajo de excavación que parecen realizar en esos lares. Sus pinchazos en ese lugar hacen que no puedas alimentarte como quisieras.

Finalmente, cuando crees que no aguantarás ni un día más, los diablillos se esfuman y los efectos de sus travesuras comienzan a remitir, tus pensamientos se sitúan en una postura natural de aberración a los imp’s pero por mucho que te alegres de su desaparición, sabes que volverás a encontrártelos en un momento.