martes, 30 de agosto de 2005

Necesito Salir

No, No puedo seguir así, no puedo seguir aquí. Tengo que evadirme. Ojalá fuera sencillo salir de aquí, tan sencillo como dirigirse hacia la puerta y marcharse, pero por desgracia, esta vida no tiene soluciones fáciles, no existen los caminos libres de obstáculos que conduzcan hacia la salida.

En un primer momento me pareció una buena idea, aunque precipitada. Nunca pensé que llegaría a este punto de hastío. Todo comenzó en una madrugada cualquiera en la que acepté entrar en este lugar, me lo pusieron todo del color de las grandes rosas y tentado por lo que me ofrecían acepte a entrar. Al principio lo único que hacia era aprende y asimilar conocimientos que más tarde utilizaría para desenvolverme, pero fue todo muy básico. Nadie me dijo que se esperaba de mí, que tenia que hacer, como tenia que pensar, como hablar o sentir. Tuve que encontrar mi propio método, el cual no es el más acertado y puede llegar a molestar a otras personas que comparten mi espacio conmigo.

Cuando terminé de reunir todas las enseñanzas que me ofrecieron, me dejaron suelto, e ilusionado, comencé a interactuar con lo que se me ofrecía. Por desgracia, nadie me dijo, nadie me advirtió, que todo lo que hacia tendría su consecuencia, que de mis actos dependerían mis futuras posibilidades, y de las de otra gente. Muchas consecuencias se tornaron oscuras, amargas y malignas, pero continué con mis derroteros diciéndome que era lo mejor que podía hacer, ahora no se si estaba en lo cierto.

Hubo una situación en concreto que hizo cambiar mi perspectiva, mi forma de ver este lugar. Vi que todo lo que hacía podría tener una trágica consecuencia para mis amigos, pero por desgracia, mi inacción también vendría con consecuencias nefastas, busque algo para arreglarlo, pero mientras tanto tendría que seguir jugando a este burdo juego. Qué ironía, cuando yo entre creía que solo había buenas cosas, con el paso del tiempo ha habido muchas, no lo niego, pero las que no entran dentro de esta categoría, me descolocan y no puedo con ellas.

Buscando posibles soluciones, solo encontré una puerta para salir de aquí, una puerta que se puede acceder por multitud de diferentes caminos. Lo malo es que no quiero atravesar el umbral de aquella puerta. Tengo miedo de lo que pueda haber o no haber detrás de la puerta y, aunque sé que la atravesaré tarde o temprano, no me dirigiré a ella de forma voluntaria. No me queda más remedio que permanecer aquí y seguir desenvolviéndome y eligiendo que hacer, hasta que encuentre una salida alternativa.